NUEVO COLEGIO PÚBLICO DE EDUCACIÓN INFANTIL Y PRIMARIA EN LEZKAIRU

Cuando un concertista encarga un violín a un luthier, da por supuesto que el violín contará con todos sus elementos básicos y funcionará. No obstante, pedirá algo más, que tenga alma. Algo que diferencie su sonido del resto de violines, y que permita aportar personalidad a la hora de tocar cualquier tipo de música.

En la misma línea, la propuesta pretende el cumplimiento estricto del programa de necesidades en cuanto a cantidad, calidad y relación entre los espacios requeridos. El colegio funciona.

No obstante, un colegio no es una máquina, y se le ha querido dotar de alma a través de los espacios de relación entre usos (y por tanto entre alumnos), y en la relación entre el edificio y su entorno.

Se ubica el colegio en el extremo noreste de la parcela, pegado a la acera, ofreciendo fachada urbana a la rigurosa trama del nuevo ensanche de Lezkairu, alineado su extremo con una de sus manzanas, coincidiendo con la entrada principal que plantea la urbanización.

En el lado opuesto a la fachada urbana, se abre a sur, al paisaje, al campo, mediante varios brazos que generan patios intermedios. Como borde de la ciudad, el colegio se asienta en lo urbano, dando la mano a lo rural.

Se generan de este modo situaciones muy diversas, tanto interiores, donde se combinan las vistas cruzadas cortas a través de patios con las largas al fondo de los brazos, como exteriores, con zonas diversas de urbanización que crean oportunidades de aprendizaje y disfrute también variadas.

La desintegración del volumen, junto con el ajuste de las alturas (interiores y exteriores), contribuyen a la reducción de la escala global, haciendo el colegio más cercano a la altura de sus usuarios, y favoreciendo la transición entre edificios muy altos y las lomas de cereal.

Esta zona de intercambio ciudad – campo se complementa con un gran espacio en el extremo suroeste del solar donde, a través de un lenguaje más orgánico que el construido, se genera una naturaleza domesticada con múltiples zonas diferenciadas integradas en un mismo conjunto, desde la zona dura de juegos, a un pequeño bosque, una montaña, aulas exteriores, caminos, huertas, etc.

CRITERIOS ORGANIZATIVOS

Internamente, los espacios de comunicación y relación son los que cualifican el alma del colegio. Se crean estancias de este tipo en cada planta de cada brazo, organizados por grupos de edad. Todos ellos quedan unidos en el gran espacio de unión entre grupos, que da acceso a los usos compartidos por todos

Se ha organizado el centro en dos plantas, situando en planta baja el ciclo de infantil, y en planta primera el de primaria.

Asimismo, y gracias a la disposición de las aulas en brazos, en torno a un espacio central que las une, se complementa esa partición con una subdivisión por edades, en rangos de dos años: 3-4, 5-6 (infantil); 7-8, 9-10, 11-12 (primaria).

El edificio se propone en dos plantas. Se ha compactado la solución en un solo edificio frente a la posibilidad de crear dos o más, pero sin concentrar tanto que la escala del conjunto no sea acorde con la de los usuarios.

Cerrado a norte, el edificio abre sus patios a sur, orientando las aulas a este y oeste. El soleamiento quedará controlado desde el exterior por medios construidos, como las persianas orientables, y vegetales, con árboles de hoja caduca en los patios entre brazos.

Al compactar el edificio en el extremo noreste, se liberan espacios amplios a sur y oeste para la urbanización interior. En todos los espacios exteriores pueden inscribirse círculos de diámetro 12m

Se propone una construcción muy modulada, tanto en estructura como en fachadas, lo que permite de manera más flexible redistribuciones posteriores. En planta baja se ha liberado un brazo completo del centro. En este momento se destinará a plaza pública, ligeramente excavada a modo de ágora. Este espacio podrá destinarse posteriormente a ampliación del centro en el ciclo de primaria. Estando construida la estructura y previstas las instalaciones para enchufar el nuevo brazo, su construcción sería sencilla y rápida, sin afecciones de ningún tipo al resto del centro, que podría recuperar este espacio de relación común cubierta en las zonas de ajardinamiento ya diseñadas a tal fin.

• Espacio de encuentro. Se han diseñado varios espacios de encuentro, uno por unidad de edad, lo que supone uno por cada altura de brazo de edificio. De este modo cada comunidad disfruta de un espacio propio en torno al que se ubican las aulas, de carácter diferenciado, con vista larga al exterior, pero visible también desde y hacia las aulas, y por tanto con luz y vista corta desde los patios entre brazos.

Todos estos espacios estanciales, de relación y comunicación, confluyen en uno general para todo el colegio, al que se abren los espacios compartidos por todos (comedores, gimnasio, biblioteca, ágora exterior, etc.)

• En general, las aulas son transparentes al espacio común central de cada brazo, y conectables entre sí mediante puerta corredera. De planta cuadrada, dividen sus alzados interiores en dos partes, una siempre ciega, que corresponderá a la pared activa, espacios de almacenaje o conexión con aseos propios, y otra abierta, bien entre aulas, bien hacia el exterior, bien hacia el espacio central. Se ha dejado la superficie del aula diáfana, más flexible por tanto, proyectando los aseos o los almacenamientos hacia el espacio central, que de este modo enriquece también su configuración, perdiendo los límites de contenedor neutro.

Las aulas de infantil cuentan con aseo integrado unificado cada dos unidades, tienen fregadero y salida directa a los patios entre brazos, de uso propio de esta edad.

Las aulas de primaria cuentan con las mismas características y equipamiento, salvo que carecen de aseo propio, agrupándolos en cada brazo con acceso directo desde el espacio central

Se plantea una estructura modulada basada en zapatas de hormigón armado, pilares de acero laminado y forjados de tablero contralaminado de madera, con capa de compresión de hormigón armado. El diseño modular definido hace que la estructura vertical no afecte ni a la configuración de fachada, que discurre por fuera de los mismos, ni a la tabiquería proyectada o a las posibles redistribuciones.

El sistema de fachada (trasventilada), y el aislamiento exterior de cimentación evita en todos los casos la aparición de puentes térmicos que afecten a elementos estructurales.

Se han diseñado las instalaciones para que discurran de manera ordenada sin afectar a la estructura, en el momento de proyecto o en futuras redistribuciones.

Se han respetado las alturas mínimas exigidas.

Las juntas de dilatación contarán con doble pilar.

El solado no se encuentra en contacto con el terreno, al proyectar una solera ventilada por el uso de casetones plásticos de encofrado perdido. Las instalaciones que discurran bajo esta solera ventilada serán siempre registrables desde el nivel superior, ordenando los accesos para que no queden expuestos en zonas críticas del edificio.